Nunca seras como ella.
CAPÍTULO 89
Aiden se paró fuera de la puerta y escucho las voces dentro de la oficina. Inmediatamente, reconoció que se trataba de Aspen y Nicole. Al abrir la puerta, vio a su esposa sentada detrás de su escritorio, sosteniendo su bolígrafo de oro y mirando con ojos hostiles a su hermana.
Por mucho que le incomodara la situación se obligó a morder la bala y seguir adelante.
―¿Qué haces aquí, Aspen? ―camino y cerro la puerta detrás de él ― ¿Robert, no entrego el aviso?
Mientras estaba en el hospital, le pidió a Robert que entregara el aviso de despido a Aspen, junto con una considerable liquidación.
―Yo… yo necesito tu ayuda, por eso estoy aquí.
―¿Y qué te hace pensar que me importa lo que suceda contigo? ―camino hacia Nicole y la beso suavemente en los labios. ―Cariño, ¿Por qué no me dijiste que vendrías? ―su voz era suave y dulce, totalmente opuesta a la que empleaba con Aspen.
Ella se percató de esto y su estómago salto, sus latidos se aceleraron y su sangre hirvió de rabia.