Justin llegó a su habitación de hotel algo así como molido del cuerpo.

-¿Cómo un sólo maldito golpe me hizo sentir así?

Maldito bastardo, te vas a arrepentir.

Tomó su teléfono y marcó un número, puso el altavoz mientras buscaba en el frigorífico algo helado para bajar la inflamación de su rostro.

-¿Qué sucede?

La encontré. Sólo que hay un inconveniente.

-¿Cuál?

-Un guardaespaldas, no sé quién le paga, tal vez tu hijo o tal vez ella misma, la sigue a todos lados como su sombra y no deja que se le acerquen.

Me golpeó y casi me parte la cabeza.

Para poder acercarme a ella necesito deshacerme de él, mis hombres no son tan hábiles para eso. ¿Puedes hacerte cargo?

-Claro, envíame su información. Ubicación, nombre, una foto.

-Bien, dame un par de días y conseguiré todo lo que necesitas.

-Perfecto...

¡Duuuu! Cortó la llamada.

Había llamado al padre de Michael. Estaba decidido a llevarse a Sofía a como diera lugar.

Sofía debía prepararse si quería salir bien librada de esta situación.

Tenía m