Cuatro guardias se acercaron a él y aunque con tono respetuoso le hablaron con dureza.

-Señor Michael Adams, me temo que tendrá que retirarse.

-¿Perdón?

-Nos informan que usted no ha sido invitado a la fiesta de nombramiento del señor Erin y por lo tanto no debería estar aquí, acompáñenos a la salida.

-¡Pero qué mierda!

Harry fue el primero en hablar.

-¿Si saben que él no sólo es el antiguo CEO de la empresa sino que también es hermano de Erin y uno de los miembros de la familia Adams?

El tono de Harry era golpeado.

-Lo sabemos señor y nos disculpamos por los inconvenientes que causaremos, pero recibimos la orden directamente de su padre el señor Michael Adams.

Michael entonces esbozó una sonrisa de lado. Ahora entendía. Su padre estaba intentando humillarlo delante de todos, en parte era su culpa, no había recibido una invitación y aún así se había atrevido a asistir a la que creía aún era su casa. La gente lo miraba curiosa, deseosa de escuchar todo con más claridad, pero sólo los