Diez minutos después los hermanos de Michael llegaron y fueron guiados directo a la oficina.
-¿Hola Nana preciosa?
Saludaron al unísono los hermanos.
-Hola niños, llamaré al niño Michael para que baje a hablar con ustedes.
-¿Ya somos tus niños de nuevo?
Preguntó Josh curioso y con una sonrisa de oreja a oreja, amaba que Nana lo llamara así, esta suspiró resignada.
-Siempre han sido y lo serán, porque a pesar de que uno de ustedes está casado todo indica que sigue siendo un niño, un niño perdido que espero que pronto encuentre el camino de regreso a casa.
-Te aseguro que ya lo encontré Nana, sólo no he empezado a recorrerlo.
La voz de Michael resonó en la entrada de la oficina, no había sido necesario que Nana lo llamara, lo había hecho con anticipación. Todos lo miraron con sorpresa al observar a Sofía a su lado con su mano entrelazada a la de este. Lo que no sabían era que ese acto no era porque se hubieran reconciliado sino por el terror que ahora sentía Sofía de estar sola.
-¡Oh!