La pareja entró al restaurante y fueron dirigidos a la mesa que Michael había reservado para ambos con dos días de anticipación. Ambos ordenaron un desayuno completo que incluía un delicioso filete, ensalada, frutas, jugo, café y por supuesto postre.
Mientras comían en silencio Sofía sentía una rara incomodidad, cómo si alguien la mirara. ¡Era cierto! A lo lejos una mujer los miraba con atención, no obstante, ninguno se percató de ello hasta que unos minutos más tarde cuando degustaban su delicioso tiramisú una mano femenina tocó la espalda de Michael y el olor a jazmines invadió el ambiente, el hombre reconoció el olor de inmediato y antes de que pudiera decir algo la mujer habló dirigiendo una mirada seductora a él y una mirada curiosa a Sofía quien no se había molestado en levantar la mirada para ver a la mujer que intentaba seducir a su esposo. No ella no la veía, ¡ella sólo quería comer su postre!
-Buenos días, que agradable sorpresa señor Adams...
-Señorita Jones, buenos días.
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