Dentro de la mansión había silencio y tranquilidad, todo parecía haber vuelto a la normalidad, los empleados seguían con sus labores, era temprano aún y no sé habían marchado a descansar. Nana se sorprendió por la llegada de su señor y corrió a recibirlo a la sala con un gesto amable.
-Señor Adams, qué sorpresa... Aún son las seis de la tarde, ¿ocurrió algo?-Todo está bien Nana, sólo quería descansar, estoy agotado.-¿Quiere que le sirva algo de comer?-No Nana, gracias... Tal vez después de ver a Sofía me de un poco de hambre. ¿Cómo está ella?-La señora se encuentra bien, en realidad ha estado bastante activa, bajó y ayudó con el jardín durante casi medio día, cambió las flores de todas las habitaciones y las cortinas como usted ordenó.