—¡Lacie! ¡Lacie! —gritó con toda su fuerza—¡¡Esposa!! ¿Dónde estás? ¡¡Mi amor! —gritaba todavía sin perder la esperanza de encontrarla.
Todos corrían de un lado a otro, sus hermanos, sus padres, las personas del servicio de la casa, buscaron por todas partes y ninguno daba con ella, es como si la t