Lacie respiró profundo y abrió los ojos de par en par, no pudo evitar sentir su cuerpo tensarse, Renaldo se dio cuenta y la tomó por la cintura, acercándola a mi cuerpo.
—Mi amor, se me había olvidado decirte, mi hermana me pidió si podía venir Katiuska y no vi ningún problema y le dije que sí.
—E