Renaldo, al verla llorar tan conmovedoramente, se arrodilló a su lado y la abrazó, la sostuvo con fuerza contra su pecho, al mismo tiempo que le susurraba palabras de consuelo en su oído, sintiendo como su corazón se partía y lloraba junto a ella.
Él no la soltó, deseaba fundirse con ella y cargar