—¡¿Qué diablos significa esta mierd4?! ¿Qué me prohíban entrar a mi propia casa? —como los hombres no le daban explicaciones, pronunció en un tono de amargura—. Voy a entrar, lo quieran o no, por las buenas o las malas, lo haré.
Y con esas palabras arrancó el automóvil, llevándose el barandal de vi