—Habla ¿Qué le dijo? —exigió.
—Qué no tenía dignidad, que amabas a otra, y Ámbar fingió unos gemidos mientras Lacie estaba al teléfono, también empezó a fastidiarte, tocarte y tú le gritabas a Ámbar que te dejara, que no querías estar con ella, pero toda esa conversación Gerónimo le hizo creer a tu