Mia.
Durante el desayuno mi padre parecía molesto. Madre estaba callada sin decir una sola palabra.
- ¿Puedo saber qué es lo que te ha puesto de malas? - pregunté pasando la servilleta por mis labios.
Mi padre me miró agresivamente, pero supe sostener mi mirada.
-La empresa y la familia ah sido objeto de chismes en estos días- mencionó mi madre
-Pues deben darle las gracias a Mathew por esto, es por su culpa- mencioné
A nuestra familia jamás le agradó estar en la boca del mundo. Manteníamos un perfil bajo y tratábamos de no hacer escándalos.
-No es culpa de tu hermano Mia- defendió mi madre.
- ¿Entonces de quién?
-Es culpa de esa mujer- habló mi padre enfadado- por culpa de ella tenemos a la prensa encima. Además, todavía Mathew se quiere dar el lujo de tomarse unos días.
-Tu hijo tiene derecho. Es el único que se ha hecho cargo de la empresa estos años.
-Padre, si quiere puedo ayudar a dirigir la empresa.
- ¿Tú? – dijo subestimándome- Mia, seamos honestos, no estas preparada para un