CAPÍTULO 138: UN MOMENTO DE CALMA
Ricardo
Es un día extraño, uno de esos que te dejan con una sensación de incertidumbre en el estómago. Edward sigue en coma, pero los doctores dicen que está mejorando. Ha pasado lo peor, o al menos eso me han dicho, aunque el futuro sigue siendo incierto. No hay garantía de que se despierte pronto, ni de que cuando lo haga sea el mismo de antes. Me pregunto si alguna vez lo será, si podrá recordar todo lo que ha sucedido, si alguna vez volverá a caminar. Pero eso es algo que solo el tiempo dirá.
Hoy, sin embargo, hay algo más en el aire. Isabella se acerca a mí con esa sonrisa que me deja sin aliento. Para mí esto es algo nuevo, no me acostumbro a estar bien con ella. Ya no tengo que rechazarla, ya no necesito ser distante, pero me cuesta adaptarme.
—Oye… —empieza a decir—… Sé que dentro de una semana será tu cumpleaños.
—No. —Mi respuesta es absoluta, no doy espacio a la negociación.
—Pero Ricardo… —protesta.
—No es momento para hacer fiestas, con to