Matrimonio de Día, Jefes Mafiosos de Noche
Matrimonio de Día, Jefes Mafiosos de Noche
Por: Mel Polanco
Capítulo 1: ¿De quién es el hijo?

Justo en ese momento se podía apreciar a un automóvil dirigirse a toda velocidad al hospital más cercano.

- Aguanta mi amor… - decía un joven adulto pelinegro mientras pisaba el acelerador para tomar a toda prisa la siguiente curva que habia en el camino.

- ¡AH! ¡Guillermo! – se quejó una mujer castaña, quien estaba recostada en el asiento trasero buscando aguantar las contracciones ya que durante la cena entro en labor de parto.

- Aguanta Alina ya estamos a unos minutos – indicó mirando que estaban a las puertas del hospital por lo que piso el freno de forma estrepitosa llamando la atención de los médicos que estaban en la puerta – AYUDA MI ESPOSA… - gritó bajando rápido del auto para abrir la puerta trasera para acercarse a su amada a la vez que varios doctores se acercaron.

- ¡AH!

- Señora, soy el doctor Armando y…

- SAQUENLO RAPIDO – gritó ella jadeando.

- Bien rápido, una camilla y que preparen una sala para el parto – ordenó el medico mientras ayudaba a sacarla del auto – muy bien señor ¿sus nombres? – habló mirando al pelinegro.

- Soy Guillermo y ella es Alina.

- Ok, bien Alina los dolores de parto ¿cada cuanto vienen?

- SOLO SAQUENLO – gritó de nuevo ella empezando a jadear.

- Alina tranquila – dijo Guillermo tomándola de la mano.

El doctor se apresuró y al ingresar a la habitación solo les tomo unos minutos para poder empezar a escuchar lo que todo padre primerizo desea escuchar: el llanto de su primer hijo.

- Es un hermoso y saludable niño – habló el doctor, donde lo envolvió en unas sabanas para pasárselo.

- Al fin estas con nosotros Daniel – susurró ella tomando a su pequeño, para darle un beso en su frente.

- Mi lindo hi… - en eso Guillermo se quedó mudo al ver que el menor tenía los ojos cerrados y su cabello era rubio.

Alina igual se sorprendió y miraba confundida a su pequeño, de no ser porque el doctor estaba cortando el cordón umbilical en esos momentos pensaría que no era su pequeño y en esos momentos se preguntaba ¿de dónde salió el color rubio de su cabello?

- Bueno les dejo un momento con su pequeño – menciono el médico – ya mando a una enfermera para que lo tome y lo lleve para su revisión de rutina, además de limpiarlo.

La pareja miro que se retiraba y seguía en silencio mirando al pequeño Daniel dormir.

- Amor… - se atrevió a hablar ella rompiendo el silencio.

- Entonces es verdad – dijo él con odio.

- ¿Guillermo?

- ¡Eres una m*****a traidora!

- ¿Qué?

- ¿DESDE CUANDO ME ERES INFIEL? – le interrogó frunciendo el ceño.

- ¿De qué rayos hablas? Guillermo yo te amo a ti, yo jamás te engañaría.

- ¡MENTIRA!

- ¡Buuuaaa! – en eso el pequeño rubio empezo a llorar, ya que sus gritos lo asustaron.

- Sh… no grites asustas a Daniel – mencionó ella meciendo con suavidad a su bebe para consolarlo.

- No me importa lo que le pase a esa cosa.

- ¿Cosa? no le digas así, él es nuestro hijo.

- Eso no es mi hijo, es el hijo de tu amante y él es la prueba viviente de que te atreviste a engañarme.

- ¿Cual amante?

- No lo sé, tú dímelo – indico furioso dando media vuelta para empezar a caminar hasta la puerta.

- Espera Guillermo…

- Me largo, avísame cuando vayas por tus cosas para que te deje los papeles de divorcio.

- ¿Qué? ¡Guillermo!

- Ya no quiero ver tu traicionera cara, otra vez.

- Pero yo no…

- Hasta nunca – hablo saliendo y azotando la puerta.

- ¡Guillermo!

- Buuuaa.

- No… sh… tranquilo Dani. aquí esta mami – dijo buscando arrullarlo.

El pequeño bebe se calmó revelando por primera vez el color de sus ojos, mostrando un hermoso color azul, el cual era idéntico a la tonalidad que poseía su papá en su mirada.

Alina empezo a llorar, era obvio que era el hijo de ambos, aunque no entendía porque el pequeño nació rubio.

Ella se calmó justo a tiempo cuando las enfermeras llegaron para ayudarla a limpiarse e igual al bebe, al estar nuevamente sola empezo a llorar porque no entendía porque pasaban esas cosas: Daniel era el hijo de ambos, pero ¿porque Guillermo afirmaba que lo traiciono y le fue infiel? Ella jamás habia hecho algo para merecer esa duda.

Ignorando su entorno debido a la tristeza, Alina jamás sintió que era observada desde la ventana de su habitación.

- Al fin… - dijo feliz la persona que la observaba desde la comodidad de su vehículo a través de unos binoculares – oye ¿qué fue? – le preguntó a la persona con la que estaba hablando por teléfono.

- Un niño.

- Bueno al menos hizo algo bien y ese mocoso nos servirá.

- ¿Ya los tomamos?

- No, solo vigílenla – ordenó – mi heredero debe tener los cuidados médicos adecuados, no lo voy a arriesgar.

- Entendido, esperaremos a que le den su alta.

- Perfecto – dijo terminando la llamada – lo bueno es que resultaste ser un estúpido Guillermo y ahora ya me deshice de ti, aunque es una lástima me hubiera gustado asesinarte por quitarle su virginidad y desposarla – indicó molesto buscando acomodarse en su asiento para poner en marcha ya que estaba feliz de que su plan saliera como él deseaba.

Alina paso dos días en el hospital donde siempre trataba de llamar a su esposo para hablar con él, pero la secretaria ya no se lo pasaba.

- Mary por favor – rogaba ella.

- Perdón Alina, de hecho…

- ¡MARY!

- Voy jefe – dijo ella – perdón Alina, aún sigue de mal humor y me ordeno que no le pasara tus llamadas – indico colgando la llamada.

- Pero… - la castaña hizo una mueca cuando la secretaria terminó la llamada, donde ella solo dejo escapar un suspiro antes de acercarse a ver a su bebe – Daniel mi amorcito, dime ¿porque eres rubio?

- Ah – le contestó riendo y sujetando su dedo con su manita.

- Eres un tramposo porque tienes sus ojos, pero tus ojitos estaban cerrados mi amor – habló acariciando su bracito – tienes esos mismos y hermosos ojos que me enamoraron – mencionó ella sonriendo con cariño.

Al día siguiente le dieron el alta, al menos agradecía que ellos habían pagado de forma adelantada todo el tratamiento o tendría problemas en ese momento con la cuenta del hospital.

- Hasta luego – se despidió la enfermera que les atendió donde Alina agradeció el gesto.

- Bueno mi amor, iremos a ver al cabezón de tu papá y si es necesario le diremos que te haga una prueba de ADN, porque tú eres nuestro lindo bebe y le haremos arrepentirse – indico ella molesta.

Al llegar a la esquina busco mirar a todos lados para ver si habia algún taxi cerca, pero de un momento a otro sintió como era sujeta por la espalda y al tratar de forcejar sintió como le colocaban un trapo húmedo en la nariz haciendo que al poco tiempo perdiera la conciencia donde estaba asustada la estaban secuestrando o tratando de robar a su bebe y estaba sola… no habia alguien que la protegiera y lo último que vio fue a un sujeto encapuchado acercarse y tomar a su hijo.

- No… - fue lo único que pudo articular antes de perder la conciencia.

Al desmayarse ese sujeto la cargo al estilo princesa a la vez que un auto se estacionaba junto a ellos para subirse y alejarse rápidamente del lugar.

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