Capítulo 2: Heredera Mafiosa

Sus parpados pesaban y su cuerpo se sentía algo adolorido e entumido, en eso escucho un suave balbuceo a su lado por lo que busco forzarse a abrir los ojos, al hacerlo noto que se encontraba en una habitación amplia y muy lujosa la cual era desconocida para ella.

- ¿Dónde…? – empezó a susurrar y en eso todas sus recuerdos del día anterior regresaron a su mente haciendo que se despertara de golpe y al mirar a su derecha vio a su pequeño hijo a su lado despierto y tranquilo jugando con sus manitas – Dani… - dijo ella dejando salir el alivio que sentía en sus palabras, pero este rápidamente cambio a un horrible sentimiento de preocupación e incertidumbre porque recordó que fue secuestrada, aunque esa habitación lujosa no concordaba con su estatus de rehén.

Con cuidado ella salió de esa cama y nota que hasta le colocaron una bata cómoda para dormir, eso la confundió más ya que no entendía su actual situacion, pero busco olvidar sus intrigas porque lo importante era salir de ese lugar, aunque realmente no sabía dónde estaba.

- Ven Daniel, regresemos a nuestro plan original de ir a buscar a papá – habló ella colocándose una bata para cubrirse y cargar con cuidado a su pequeño, quien empezo a balbucear feliz provocando que ella sonriera.

Tras asegurarse de que no hubiera alguien cerca de la puerta salió con cuidado de esa habitación, asombrándose de que la puerta no tuviera ninguna clase de cerradura puesta así que empezo a andar por los pasillos de esa ¿casa? bueno realmente no podía llamarle de esa forma a ese lugar porque era enorme y más bien parecía ser una gran mansion, por lo cual ahora tenía más preguntas en su cabeza, pero busco ignorar todas porque deseaba concentrarse en salir de ese lugar y regresar al lado de Guillermo para detener esa estupidez del divorcio y hacerle olvidar esa estúpida idea de que Daniel no era el hijo de ellos.

- ¿A dónde crees que vas? – en eso Alina detuvo sus pasos y al girarse vio a un hombre rubio fornido acercándose a ellos con el ceño fruncido.

- ¿Quién eres? – preguntó ella buscando proteger a su bebe.

- Te hice una pregunta – le dijo furioso ese rubio.

- Que te importa, no sé quién eres y voy a largarme de aquí – declaró ella molesta.

- Esta es tu casa y yo soy tu padre, así que regresa a tu cuarto – le ordenó.

- ¿Qué…?

- Ya me escuchaste, así que regresa a tu cuarto.

- ¿Está loco? yo soy huérfana así que debe estar confundiéndome.

- Karina…

- ¿Eh?

- Así se llamaba tu madre ¿o no?

- … - era verdad que en el orfanato le dijeron como se llamaba la mujer que le abandono - ¿y que con eso? existen millones de Karinas.

- Ya te lo dije, yo soy tu padre – habló empleando un tono arrogante en su voz.

- ¿Y crees que te voy a creer solo porque me lo dices eso de repente?

- Me vas a creer porque te digo la verdad, porque si no lo fuera ni me habría tomado la molestia de ir a buscarte.

- Tú me secuestraste – declaró ella molesta.

- Era la manera más sencilla y fácil de traerte a ti y al mocoso – indicó aburrido.

- No le digas así a mi hijo – mencionó furiosa ya que por cada palabra que decía ese sujeto solo sentía como aumentaban sus ganas de romperle la cara o darle un golpe en su entrepierna – digamos que te creo ¿cómo puedes demostrar que me dices la verdad?

- Mi prueba es tu hijo que fue llamado bastardo por el hecho de que mis genes se hicieron presentes en él – habló sonriendo de lado – e igual aquí está la prueba de paternidad donde se demuestra que eres mi hija – dijo entregándole el papel con la prueba.

- … - Alina miro ese documento leyéndolo atentamente, donde no podía creer lo que estaba leyendo, aunque ahora eso generaba más dudas que respuestas - solo dime una cosa…

- ¿Qué? – preguntó de mala gana.

- Digamos que creo esta sarta de estupideces – indicó molesta mirándolo a los ojos - si eres mi padre y vives en esta situacion ¿porque fui una huérfana que vivió en un orfanato hasta su adolescencia?

- Eso pregúntaselo a al golfa de tu madre, ella solo fue una prostituta que cayó en mi gracia, pero creo que no fue tan lista como para pedirme dinero a cambio de ti – mencionó con arrogancia.

- … - esa respuesta más que darle un consuelo, solo la lleno de ira porque miraba que esa persona jamás se interesó en ella – en ese caso maldito vendrás conmigo para que le expliquemos a Guillermo que mi hijo tiene tus asquerosos genes y por eso es rubio.

- TU NO TE IRAS CON ESE – dijo molesto – además lo que piense ese estúpido no me importa y ni a ti debería importarte.

- Me importa porque es mi marido.

- ¿Marido? si ustedes ya están divorciados – declaró con burla.

- ¿Cómo sabes eso?

- Ese niño y tú vivirán aquí ahora en adelante – mencionó acortando la distancia entre ellos - y agradece que te acepto porque una mujer con un bastardo no es bien vista en la mafia.

- ¿Que? ¿mafia? ¿de qué rayos estás hablando?

- Bienvenida a la familia Domínguez, Alina – indicó sonriendo de lado.

- ¿Domínguez? – ella se asustó un poco, ya que ese apellido si lo habia escuchado alguna vez cuando vivía en la calle.

- Así es y por eso no puedes ir con ese CEO de quinta, porque tú eres la próxima jefa de esa familia y ese bastardo que cargas en un futuro también tendrá ese puesto.

- Mi hijo no es ningún bastardo – reclamó furiosa – él tiene un padre y una madre.

- Pero su padre no lo quiere ¿o sí?

- … - Alina tenía un mal presentimiento ya que todo indicaba que ese sujeto… tal vez… tal vez él tenía algo que ver con esa extraña reacción que tuvo Guillermo al ver a Daniel por primera vez.

- Creo que en verdad debes estar bastante enfermo o dañado si crees que te voy a creer solo por este miserable papel – indicó molesta arrugando esa prueba y tirándola al suelo.

- Sabes no es que seas mi primera elección, pero no me queda de otra – opinó molesto - así que ¡regresa a tu habitación!

- NO.

- Bueno entonces puedes largarte, pero el bastardo se queda aquí.

- ¡Jamás abandonare a mi hijo y ya deja de llamarlo así! – reclamo ella.

- ¡Buaaaa! – Daniel se asustó al escuchar a su mama gritar y alterarse.

- Dani sh… perdón mami no quería – habló ella apenada empezando a mecerlo para buscar calmar su llanto.

El rubio aprovecho esa distracción para sujetar con fuerza el brazo de la castaña y llevarla de regreso a su habitación, escuchando sus quejas donde sin tacto alguno la aventó al interior de esta haciendo que cayera de rodillas.

- Ahora dejemos de juegos mocosa – declaró furioso - eres la bastarda que nunca quise, pero por alguna extraña razón tienes una jodida suerte y ahora tú serás la jefa de la familia, por lo tanto, no puedes ni regresaras con ese imbécil de Guillermo Castillos ¿entendido?

- Como si fuera a obedecerte – declaró ella un poco adolorida.

- Quieta… - le dijo furioso sacando una pistola de entre sus ropas y apuntándole – ahora serás una niña obediente y acataras las ordenes de tu padre o la próxima que veas a ese Guillermo te lo traeré con un hueco en el pecho como regalo.

- … - Alina tembló ante eso porque podía notar que ese sujeto no estaba jugando ni bromeando, en verdad lo mataría si no obedecía.

- Si soy la jefa puedo hacer lo que quiera.

- Claro que no, eres la jefa porque necesitamos que sea alguien que lleve la sangre de la familia – dijo aburrido - pero tú eres solo un adorno necesario.

- ¿A qué te refieres?

- No te interesa, lo único que debes saber es que para que nadie diga nada sobre mi nieto, en unos días te casaras con alguien de alto rango de la familia y lo aceptaras porque solo estas viva porque ese niño te necesita y nada más – indico saliendo de la habitación y colocándole el seguro a la puerta.

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