El día era fresco y el sonido de las aves se colaba por la ventana. La luz del sol no era muy intensa, y el olor a pino inundaba el aire.
Becca dormia a su lado, plácidamente.Lucisno se levantó de la cama a regañadientes, bostezo y se encaminó al baño, donde comenzó a preparar la tina. El agua, las flores, los jabones, las fragancias...Una vez todo estuvo listo, volvió a la cama.— Es momento de levantarse. Becca de cubrió con la cobija. — No quiero...— No es justo que este escapado del trabajo, y tú no quieras hacer nada conmigo, pequeña. — Le dijo.— Deja de decirme pequeña... — Respondió ella acurrucandose. — Yo solo quiero dormir.— Eso es porque ayer quisiste desvelarte pecando. — Dijo el con una risa divertida. — Vamos... sal de la cama.— No quiero... seguramente ellos escucharon todo... y ahora sí estoy muy avergonzada. — La muchacha apenas hizo un espacio para verlo por la sábana.