Estos días habían sido un sueño.
Visitamos muchos restaurantes, lugares históricos y paradisíacos que sería capaz de quedarme toda la vida en este lugar.
Pero había llegado la hora de regresar a casa y retomar nuestros trabajo. Una pasarela nos esperaba y yo estaba ansiosa porque al fin la sociedad entre ambas empresas terminaría y no tendría que volver a ver ni a Alonso ni a Julia.
Al llegar al aeropuerto el avión de la familia ya nos esperaba listo con todo nuestro equipaje a bordo faltando solo nosotros.
Al subir y el avión despegar nos acomodamos porque nos espera un vuelo de casi 12 horas.
Luego de unas largas horas aterrizamos en el aeropuerto a horas de la mañana.
Al bajar y subir a la camioneta donde nos recibe el chófer, Bastian toma su teléfono y empieza a teclear.
— La familia nos esperan esta tarde en casa de mis padres para celebrar nuestra llegada — Toma mis manos y las besa —. Es una comida de bienvenida.
—¿Jimena también estará?
—Por supuesto, ella también es de la fa