Las velas iluminaban la noche, creando una atmósfera cálida. Kara estaba recostada en el amplio pecho de Darius mientras él acariciaba su cabello. Ambos estaban en silencio mientras disfrutaban del momento.
—Te amo, Kara —susurró Darius, rompiendo el silencio.
—Yo también te amo —dijo ella y se alejó de él para poder girarse y sentarse sobre su regazo para envolverlo con sus piernas.
Él no podía resistirse a sus labios llenos y se inclinó para besarlos. Ella le devolvió el beso que estaba lleno de la pasión que sentía el uno por el otro.
—Te ves hermosa con los labios hinchados por mis besos —volvió a susurrar el alfa con ternura.
Kara le creía, él la hacía sentirse amada sin sentirse insegura por su físico. El vínculo que los unía era tan fuerte que parecía que sus corazones latían al mismo tiempo. Nadie más que él, lograba hacerla sentir segura.
—¿Cuándo me viste por primera vez imaginaste que estaríamos así?
—No —respondió él con sinceridad—. Sabía que eras mi mate. La única oportun