Habían pasado dos semanas desde que fui secuestrada y cada día, era una nueva experiencia para mí. Ahora, durante las noches, el CEO no solo no me tocaba, sino que era cariñoso y compresivo. No había rastro de ese desdén y frialdad hacia mí que lo habían caracterizado desde un inicio. Ahora pasaba su tiempo libre conmigo y con Amy, cosa que agradecía, quizás, porque ahora ya no lo veía como un enemigo del que debía escapar, poco a poco, se había ganado mi confianza. A tal grado que comencé a pensar en seguir a su lado,como su esposa...—Mami, mira. —Me llamó Amy, desde el área de juguetes, a mí, que estaba sentada en un pequeño asiento a la espera de mi familia.El CEO, como siempre estaba a su lado, mirándola orgulloso, mientras sostenía nuestras compras, bolsas y bolsas de juguetes, ropa y zapatos para Amy. Incluso uno de los guardaespaldas tenía más bolsas que podía poner en peligro nuestra seguridad, y por ello, el CEO cargaba las demás.Yo, por mi parte, no había encontrado nada
POV OliverEl agua resbaló entre sus dedos antes de que pudiera reaccionar. La botella golpeó el suelo con un sonido hueco, pero lo único que veía era el cuerpo de Agnes inclinándose hacia atrás, como si sus fuerzas la abandonaran de repente. Al verlo, lo supe de inmediato, algo no estaba bien, pero mi mente solo me decía que debía ser un error, que ella estaba bien. Me negaba a creer que había enfermado, cuando esta mañana se veía tan saludable.Afortunadamente no cayó por completo, pero su postura se volvió inestable, su cabeza se ladeaba mientras sus ojos se cerraban de repente y su color de piel se ennegrecía poco a poco, como si le faltara el oxígeno. —¡Agnes! Fue lo único que pude decir, mi voz fue más fuerte de lo que esperaba y mi mano ya estaba sosteniendo su cabeza antes de que se desplomara por completo. Amy había quedado estática, con su pequeño manatí rosa aferrado con fuerza y sus enormes ojos marrones llenos de pánico. —¡Mamá! —Sollozó mi pequeña hija, mientras
Cada minuto se alargaba como si el tiempo se burlara de nuestra espera. Mis sentidos se agudizaban ante cada susurro en la habitación: el murmullo de los médicos discretamente comentando los posibles diagnósticos, el timbre lejano de un teléfono, el ruido metálico de una puerta al cerrarse. Trataba de concentrarme en las palabras que me aseguraban que pronto se conocerían los resultados, pero mi mente vagaba sin rumbo entre recuerdos y temores. Pude percibir en la mirada de algunos médicos que al parecer se habían percatado de quién era y tenían una mirada entre asombro y comprensión, sabían que, más allá de las posesiones físicas, aquello era una prueba de la fragilidad humana, de lo que sucede cuando la rigidez de las responsabilidades se enfrenta a la suavidad de la desesperación.El ambiente era un espejo de mi interior; tenso, asfixiante, lleno de silencios que morían por estallar. Mientras me aferraba a mi silla, mis manos temblaban sin querer demostrar la fragilidad oculta tra
—¡Hermano! —Exclamó Wen desde la entrada del hospital. La observé correr hacia mí, junto a Arman y Owen, que caminaban pacíficamente a su lado.—Siempre tan ruidosa. —Murmuré. Wen siempre ha sido así de ruidosa y dramática, desde que era niña, ha sido demasiado amable para su propio bienestar.—¿Tía Wen? —Susurró Amy en un bostezo, aún en mi regazo. La miré sonriendo.—¿Ya despertaste, pequeña? —Le pregunté amable, pese a todo. Amy, siempre es una alegría inmensa para mí.—¿Dónde está mamá? —Preguntó estrujando su ojo, la ternura de la escena y el recuerdo de lo que había dicho el doctor me provocó un sinfín de emociones indescriptibles.—No tienes que preocuparte, pronto podremos verla. —Aseguré sin titubear, pero a sabiendas de que no era cierto.“El embarazo de la señora O'Sullivan ha contribuido en gran medida a su condición actual” había dicho el médico con ese semblante de naturaleza que me erizaba la piel, para ellos, mi esposa solo era un paciente más y no había algo que me en
Con Amy aún aferrada a mi cuello y las palabras del doctor, advirtiendo que Agnes había despertado y quería vernos, todavía retumbando en mi cabeza me apresuré a paso certero al cuarto de hospital donde descansaba Agnes, y allí la vi, recostada en la cama bajo esa luz tenue similar a la que había en nuestro propio dormitorio. —¡Mamá! —Exclamó Amy en tanto llegamos corriendo a los brazos de su madre que la recibió con una sonrisa en el rostro y un abrazo que me provocó ternura.—¿Cómo has estado, cariño? —Preguntó Agnes a Amy. Y al escucharla mi corazón se llenó de una alegría inexplicable durante los segundos que pensé que ese “cariño” iba dirigido a mí.—Estoy bien, mamá. —Respondió Amy con una sonrisa—. ¿Estás enferma?—No es así,cariño. Mamá solo está cansada. —Susurró Agnes con voz amable. Amy la miró ceñuda e incrédula por su respuesta y luego me miró a mí buscando una explicación.—Pero papá dijo que tendré un hermanito. —Informó Amy. Me quedé de piedra al escucharla y al parec
POV Agnes. Abrí los ojos despertando de un sutil sueño, en el que Amy y Oliver me extendían la mano, mientras estaban rodeados de un pastizal verde repleto de rosas, pero tan pronto como abrí los ojos la luz del lugar me cegó. Cerré los ojos tratando de acostumbrar mi vista y los sonidos parecieron ser más nítidos. El más audible de todos; el zumbido constante a mi lado, fue el que más llamó mi atención. Abrí los ojos y miré hacia el lugar donde resonaba. Era una de estas máquinas para medir los signos vitales de las personas, que se encontraba atada a mi pecho. Al otro lado de la cama, estaba el goteo constante del suero, miré mis manos y pude ver los pequeños tubos del suero ingresar en mi cuerpo. Mis ojos apenas se habían acostumbrado al lugar, pero la luz vívida del lugar era casi cegadora. Me senté ignorando el cansancio y tan pronto como lo hice escuché la puerta abriéndose. Alcé la mirada y pude ver a una enfermera de tez morena, su mirada inexpresiva y caminar apresurado
—¿Estás seguro de que estoy embarazada? —No pude evitar preguntarle al CEO, que aun sostenía mi mano. Él asintió, pero mis pensamientos vagaron a cada noche que pasamos juntos. Entre el deseo de nuestros cuerpos y la pasión que siempre hubo en cada encuentro, sin duda alguna pude haberme embarazado en cualquiera de esas veces. Y aunque no creo que importe cuál de ellas había sido la victoriosa, por alguna razón, mi mente intentaba descifrar cuál había sido.Quizás, porque algunas tenían significado, pero había otras en las que solo intentaba cumplir con nuestro acuerdo, si mi bebé fuera hijo de una de esas veces, yo, creo que no tendría el mismo significado.Porque si lo pienso bien, Amy, había sido consumada en mi primera vez, sé que estaba ebria, pero yo lo deseaba, y aunque traté de olvidarlo, esa vez fue muy significativa para mí.—Por el tiempo del embarazo, asumo que quedaste embarazada en la primera noche. —Comentó él de manera casual, como si estuviera leyendo mi mente. Sonro
El doctor ya había salido del cuarto del hospital, y yo no podía soltar a mi querido CEO.Sus fuertes brazos me sostenían en un abrazo cálido, que no me dejaban sentir soledad o angustia por el futuro incierto que vendría con este nuevo bebé.Su calmada respiración en mi cuello, ya no era algo que me molestara, se sentía bien saber que su calma exagerada, no era porque no tenía preocupaciones, él estaba tan preocupado como yo, pero a diferencia de mí, él sabía controlarlo.Quizás por eso siempre me vio como si fuera una autocompasiva sin remedio, en comparación de él, sí lo soy. —Agnes… —Me llamó el CEO con su voz calma a la que tanto me había acostumbrado, pero esta vez, con un tono de compasión en ella—. No tienes que preocuparte por nada, superaste esto antes, y lo harás de nuevo, esta vez no será igual, tendrás todo el apoyo que necesites, tanto económica como emocionalmente. —Dijo decidido sin apartarse de mí—. Te prometo que yo mismo cuidaré de ti. —Sus palabras eran tan simple