Cuando estamos devorando nuestras bocas y al mismo tiempo acariciándonos, de repente se abre la puerta y aparece la pequeña Eliana.
Nosotros de inmediato nos separamos, y la pequeña le dice a su padre con ojitos suplicantes.
- Papi, me duele mi barriguita. Puedo dormir aquí contigo. Di que sí papi para que el dolor se me vaya.
- Ja ja ja, hija ese truco ya lo conozco, a ti no te duele nada lo que no quieres es dormir sola.
- ¿Mami dormirá con nosotros?. Pregunta la niña.
- No princesa, en otra ocasión será. Le digo a la niña tomandola en brazos y dandole besos en su carita. La bajo al suelo y camino hacia la puerta.
- Quédate aquí hija, bajaré a despedirme de tus tíos.
- Vamos. Le digo a Marleny tomándola de la mano, pero ella de inmediato se suelta.
¿Qué pasa? pregunto con una sonrisa.
- Es que no quiero que pienses mal de mí. Digo