Christopher
Las gotas de sudor recorren todo mi cuerpo mientras sigo golpeando el saco de boxeo. Mi corazón late más rápido y la euforia parece apoderarse de mi cuerpo, voy subiendo la intensidad a cada golpe y me estoy sintiendo bien.
Estos días he estado en mi cama, el cansancio siempre se apoderaba de mi pero esta vez me sentía con mucha energía y había empezado a entrenar de nuevo.
No veía a los chicos en unos días.
Escuché pasos detrás de mi, me di la vuelta y lancé un golpe pero Shasa lo esquivó enseguida.
—Wow, ¿Qué pasa campeón?— soltó una risita —. Te veo con más energía eh.
Le devolví la sonrisa y me di la vuelta para seguir entrenando, pensé que Shasa iba a decirme algo pero ella salió de la arena y se sentó no muy lejos. Cuando mi cuerpo se cansó, le di el último golpe y baje a beber agua.
—Te ves agotado— se acercó.
—Estoy bien— solté.
Ella me miró dudosa.
—¿Por qué tan a la defensiva?— trató de golpearme, pero me alejé.
—¿Qué has estado dandome? — la miré y dejé la bote