Capítulo 93.
Bruce sentía que su pequeña mascota estaba cerca, pero el miedo a no saber dónde estaba lo mantenían alerta.
Sin embargo, a cierta distancia alcanza a ver a soluna en una pequeña rendija que da hacia el exterior.
Bruce, con toda la curiosidad característica de cualquier niño, asoma uno de sus ojos para encontrarse con una maravillosa sorpresa.
Ahí, frente a él, estaba un espléndido espectáculo.
—¡Guau! —piensa él al observar a una mujer hermosa, fuerte y ágil lanzando filosos cuchillos en dirección de un objetivo que se encontraba a decenas de metros de distancia, uno, otro, otro, dando saltos y haciendo acrobacias al mismo tiempo que lanzaba los cuchillos, siempre dando en el centro.
En ese momento, la mirada de Bruce se ilumina ante la ilusión, la esperanza y las ideas que surgían en su mente.
¿Sería así su madre? ¿Sería así de fuerte, de increíble? ¿Él mismo podría conseguir esa fortaleza que veía en la vampiro que estaba frente a él?
Sin embargo, una lluvia de realidad llegó a é