El ambiente estaba tenso y mientras ella se mantenía con el deseo de quedarse sola solo unos minutos para saber si había acertado con el libro que tenía en sus manos, René estaba observándola de forma tan detenida que memorizaría cada forma de su rostro.

“¿Qué me sucede? ¿Por qué me siento así junto a ella? No debería ser tan difícil dejarla sola, pero algo dentro de mí me grita que no lo haga “Pensaba René en cada una de sus respiraciones.

Después de unos instantes interminables en los que el guerrero estaba debatiendo entre ir o no ir finalmente asintió con la cabeza y comienza a caminar con paso apresurado, debía regresar rápido.

Las zancadas de cada paso eran grandes, observó Beca, a lo mucho tendría tres minutos o cuatro en lo que él iba y regresaba corriendo por los pasillos.

Beca en cuanto escuchó que la puerta de madera maciza se cerraba corrió para quedar justo detrás de la puerta y detener el intento de cualquiera por entrar.

Abrió de forma acelerada el libro, tanto que c