Las personas empezaron a llegar. Esto no sería una celebración cualquiera; había muchas personas, y las que faltaban, según escuché a Mariano comentar.
La morena no me quitaba la vista de encima. Yo estaba que me levantaba de mi asiento y le preguntaba qué era lo que quería de mí.
Miré a Mariano, que estaba entretenido en su celular, y le pinché el hombro con mi dedo. Él me miró inmediatamente.
— ¿Qué pasa?
Me preguntó, prestándome atención a mí y dejando de lado su celular. Luciano estaba con otro tipo hablando, y la verdad, yo no quería aburrirme escuchándolo hablar de negocios.
— Esa tipa y tu hermano, ¿qué?
Le pregunté en voz baja. Mariano miró inmediatamente a la dirección donde estaba la mujer y después me miró a mí con una enorme sonrisa en los labios.
— ¿Estás celosa?
Me preguntó. Yo puse los ojos en blanco.
— Solo soy curiosa. Y por cómo ella mira a tu hermano, estoy más que segura de que algo hubo entre ellos, ¿o estoy equivocada?
Mariano amplió aún más su sonrisa y se acercó