Capítulo 189
Todos nos quedamos paralizados, especialmente yo. Siento dentro de mi corazón un golpe que me rompe el alma por completo.
Kaleb, que siempre está cerca, espiando como una gacela atenta a cada movimiento que hacemos en la manada, se acerca a mi cachorro y lo toma en sus brazos.
—¡Es mío! Sabía que esa noche entre los dos tenía que habernos dejado algo hermoso.
Boris, en ese momento, decide desistir. El maldito se sube a su caballo y asegura que la guerra contra Fénix comenzará en cuanto llegue su manada.
El Alfa Robin no se deja amedrentar. Sabe el poder que tiene; después de todo, Robin es uno de los alfas más poderosos, y nuestra manada es una de las más fuertes para la guerra.
Si soy sincera, en ese momento, todo el drama de Boris, Arthur y Lila pasa a un segundo plano.
Busco los ojos de Bruce. Él quiere mirarme, pero solo agacha la mirada.
Lo conozco muy bien. Su rostro pálido y sus manos temblorosas me demuestran la inseguridad que siente en este momento.
¿Cómo pedirl