A la mañana siguiente ambos despertaron con la luz del sol, Anne lucia un poco demacrada, la noche anterior se vino a su memoria ella se había unido a Liam y cada párate de su piel tenía sus rastros, ya no sentía vergüenza ni asco, los pequeños moretones al rededor de su cuello y pecho ahora le parecian hermosos al igual que el hombre a su lado, cuando ella quiso pararse un dolor punzante provino de su parte íntima lo que la hizo quedarse en la cama
— ¿Estas bien?, ¿Te lastimé anoche?
— Estoy bien, solo..solo...Liam es vergonzoso, ya sabes..umm..tu fuiste algo intenso
— Anne lo siento yo..
— Esta bien, no tienes que disculparte a mi me gusto mucho, además fui yo quien lo pidió, así que dejemos de hablar sobre eso, yo siento algo de vergüenza
— Ja, ja, ja, no tienes por que avergonzarte, eres demasiado hermosa siento que no te merezco
Ambos se quedaron mirando, el silencio reino, sus rostros estaban ligeramente sonrojados, desde aquel d