Mundo ficciónIniciar sesiónMi reloj volvió a emitir un pitido acompañado de un triángulo rojo y, para mi sorpresa, vi que el de Robin también. Me separé enseguida y se lo mostré.
—Robin, ¿sabes qué es ese signo? —dije, mostrando mi reloj y señalando el suyo—. Desde que mi auto dejó de hablar y mi computadora, a cada rato aparece en cada pantalla, no solo en mi oficina, sino también en mi casa.Robin giró para mirarme con el ceño fruncido. Observó mi reloj y el suyo con curiosidad. Luego se dirigió a su computadora, y lo seguí. Me asombré al ver que escribía a gran velocidad buscando algo y vi cómo su reloj dejó de mostrar ese signo rojo, no así el mío.—¿Dices que tu auto hablaba? ¿Qué quieres decir? ¿El navegador? —preguntó, tomando mi teléfono.—No lo sé






