Al salir de la habitación, Caroline observa a Irene muy disgustada porque no la dejan entrar.
—¿Qué haces aquí?— le pregunta, mirándola con desdén. Kiran se hace frente a Caroline como protección para que Irene no se atreva a hacerle nada.
—¡Contigo es que quiero hablar!— Irene le sostiene la mirada, por lo que Caroline no confía en ella después de todo lo que le hizo y dijo.
—Si quieres hablar, lo haremos en otro lado. No pienso permitir que le arruines la paz a mis hijos—. Caroline se hace a un lado para dirigirse a la cafetería.
—Kiran, quédate aquí, y no quiero a ningún escolta conmigo. Sé cuidarme sola—. Aquellas palabras las dijo mirando a Irene, quien tensa su mandíbula al ver el empoderamiento de Caroline.
Al llegar a la cafetería, Caroline toma asiento y está atenta a los movimientos de Irene.
—¿A qué has venido?— le pregunta, mirándola con desconfianza.
Irene toma asiento frente a Caroline y, en ese momento, se acerca una mesera.
—Buenas, ¿qué desean ordenar?
—Una taza de té