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A medida que pasaban las semanas, Leonardo y yo comenzamos a encontrar un ritmo. No era fΓ‘cil, y hubo muchos momentos de frustraciΓ³n y desacuerdo, pero poco a poco, empezamos a entendernos mejor. Valeria, mi amiga y confidente, notΓ³ el cambio.
βParece que las cosas van mejor con Leonardo βdijo un dΓa mientras tomΓ‘bamos un cafΓ© despuΓ©s de la prΓ‘ctica.
AsentΓ, sonriendo.
βSΓ, hemos encontrado una manera de trabajar juntos. No es perfecto, pero estamos mejorando.
Valeria me mirΓ³ con curiosidad.
βΒΏY cΓ³mo te sientes al respecto?
SuspirΓ©, pensando en todas las emociones que habΓa experimentado en las ΓΊltimas semanas.
βEs complicado. A veces me siento frustrada, pero tambiΓ©n he aprendido mucho. Leonardo es un pianista increΓble, y trabajar con Γ©l me ha obligado a mejorar.
Valeria sonriΓ³, dΓ‘ndome una palmada en el hombro.
βEstoy orgullosa de ti, SofΓa. SΓ© que esto no ha sido fΓ‘cil, pero estΓ‘s haciendo un gran trabajo.
Un dΓa, durante uno de nuestros ensayos, Leonardo y yo decidimos intentar a