Dylan había logrado escapar de la cárcel gracias a la ayuda de Marco y su ingenioso plan. La adrenalina corría por sus venas mientras corría por las calles oscuras de la ciudad, sintiendo el peso de ser un fugitivo. Sabía que no podía regresar, pero algo dentro de él lo impulsaba a seguir adelante: el deseo desesperado de encontrar a Jessica.
Mientras tanto, en un lugar apartado, Jessica se encontraba atada en una habitación oscura. Carla, su enemiga, la mantenía cautiva. Había estado celosa de la relación entre Jessica y Dylan, sintiendo que él le había robado la atención y el amor que creía merecer. Ahora, con Dylan en problemas y Jessica fuera del camino, Carla se sentía poderosa.
“Todo esto es tu culpa”, le decía Carla a Jessica mientras le lanzaba miradas frías. “Si no hubieras estado con él, nada de esto habría pasado”. Jessica trataba de mantener la calma, pero el miedo comenzaba a apoderarse de ella. Sabía que debía encontrar una manera de escapar antes de que Carla decid