Sara
Finalmente podré ver a Oliver cara a cara, me encuentro en uno de los pasillos del hospital en el que dicen las noticias que está.
— El gran Oliver Geacoman, casi vencido por un auto, un auto— Repito molesta— Por una mujer querrán decir, porque quieran o no, yo soy la persona encargada de haber hecho que el quedara como esta.
Y lo digo con completo orgullo, él se lo merece y he venido hasta aquí para poder saborear directamente mi victoria.
Camino por los pasillos con ropa de enfermera, no puedo negar que me sienta de maravilla a verme en el reflejo de un cristal, en otra vida podría serlo.
Me encamino a uno de los lugares de información y me acerco a una enfermera que según veo se llama Tere, “que nombre tan horrible” pienso.
— Tere buenas tardes— La saludo de manera amable— Me acaba de enviar el doctor a la habitación de un tal Geaco… algo pero no recuerdo bien el nombre.
Ella voltea a verme confundida pero aun así comienza a verme de arriba abajo evaluándome de alguna manera.