TOMO 2. CAPÍTULO 15. La especialidad de un hombre
TOMO 2. CAPÍTULO 15. La especialidad de un hombre
No había forma, ni con el alma de rodillas, en la que Elijah pudiera pedir perdón por todo lo que había pasado hacía cinco años, porque sabía que nada en el mundo podría resarcir a Lynett de las secuelas de no haberse operado a tiempo, o de haber perdido a su hijo mientras él estaba echándola de su vida y casándose con su hermana.
—Sé que no merezco que me perdones, ni siquiera tengo derecho a pedirlo pero… —Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas—. Lo siento. Siento todo lo que te hice. Fui…
—Cruel —sentenció ella con cansancio—. Y ahora estás tratando de redimirte de alguna manera. ¿No es así? Por eso me estás ayudando —comprendió la muchacha.
—¡No, no solo por eso! Yo… sé que es lo correcto. Si tu padre te dejó la empresa lo correcto es que tú la tengas, no tu madre —declaró con convicción—. Yo he hecho lo mejor para la compañía hasta ahora, la he hecho crecer de la mano con la empresa de mi familia, ¡pero lo justo es que t