Vicente negó con la cabeza: —No, no me sirve. Al tener experiencia en el extranjero, naturalmente elegirían ser asesores legales en grandes empresas, o trabajar en juzgados y fiscalías. Venir aquí sería solo un paso temporal, no se quedarían.
Andrea pensó que tenía razón y siguió mirando los currículums.
—Estos también se ven bien, graduados de universidades prestigiosas del país y con experiencia laboral. No deberían irse pronto.
Vicente volvió a negar con la cabeza: —Los que tienen experiencia laboral siempre se creen muy listos, quieren un salario de cien mil dólares al mes. No puedo pagar eso.
Andrea frunció los labios y siguió mirando: —Entonces, ¿qué tal estos dos? Recién graduados de universidades prestigiosas.
Vicente negó de nuevo: —No, no me sirven. Esas universitarias recién salidas del cascarón no pueden hacer el trabajo de asistente.
Andrea dejó la carpeta sobre la mesa: —Si ninguno de estos cumple con tus requisitos, ¿qué tipo de persona buscas exactamente?
Vicente dejó l