Nora se quedó sin palabras por un momento.
Parecía que cuanto más intentaba consolarla, más fuerte era la reacción de Rafaela.
Este tipo de situación ya es un golpe muy duro para cualquier chica.
En estas circunstancias, sin duda estaban abriendo sus heridas, obligándola no solo a soportar ese dolor, sino también las miradas de todos.
La presión era tan grande que no solo Rafaela, sino incluso la propia Nora, carecía de confianza para afrontarla.
Notando la impotencia de Nora, Andrea se acercó, dio una palmadita en el hombro de Rafaela y le ofreció otro pañuelo.
—Rafaela, sé que estás muy angustiada, pero hay cosas que debemos aclarar.
Andrea miró a Nora: —Creo que el juicio actual es muy desfavorable para nuestro caso.
Primero, no hay pruebas directas de que Rafaela fuera violada.
Segundo, el contraataque de Rafaela ocurrió después de la relación forzada, y la otra parte definitivamente insistirá en que no fue en legítima defensa.
Tercero, las lesiones de la otra parte son realmente g