~Aldea central tribu de occidente~
Alfa Kanay
Han pasado tantos días desde que mi pequeña Alfa se marcho y aún siento su vacío, los pasillos del castillo no son lo mismo sin ella.
Cuando su madre falleció dejando un gran espacio que nadie puede ocupar, me esforcé para que a mí cachorrita no le faltará amor. Aún sabiendo que era prestada.
Solo espero que no esté pasando pormenores con su pareja y en la tribu oriental. Diosa dirijo mis oraciones a ti para que cuides a mi pequeña.
Decidí tomar el desayuno desde el balcón de mi habitación, estar en ese gran comedor sin ella es muy agobiante. Y no quiero que mis lobos lo detecten.
Bebo el último sorbo de mi café matutino cuando lo veo. Es majestuoso.
Sus alas abiertas tan libres surcando los cielos con alevosía, sabiendo que ese espacio ese lugar le pertenece. De repente observo cuando se dirige directo en mi dirección.
Pero no temo y el se posa glorioso sobre el borde de mi balcón.
—Oh ¿De dónde vienes?— susurro