✧✧✧ Esa mañana en Garra Dorada. ✧✧✧
Las hojas crujían bajo las botas de Renna mientras avanzaba por el sendero boscoso.
Envuelta por la frescura de la mañana y una leve bruma matinal. Sus pasos eran firmes, ansiosos.
A lo lejos, la silueta de la mansión se dibujaba entre las ramas, y bajo ella, en lo más profundo… los calabozos.
Donde estaba él…
Su hijo, Jareth.
Ya que después de todo, esa hembra, NO era Renna, no la real, esa ya había muerto.
—¡Idiota! —murmuró Korina, entre dientes, con la mandíbula apretada—. ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo tan estúpido?! —añadió, mientras pensaba en su joven hijo lobo—. Todo se ha vuelto más complicado.
Korina, con la apariencia de Renna. Hizo sus manos en puños temblorosos a sus costados.
"Tenías que mantenerte callado, invisible hasta nuevo aviso… ¡Como planeamos! ¡Maldito mocoso testarudo! ¡Todavía no debía actuar!"
Pensó la hembra.
Cuando el sendero terminó, el portón de hierro apareció frente a ella. Dos guardianes hombres