>>> Adalet:

—Eres tan perfecta, mi Luna… —me susurró con los labios sobre mi piel.

Mi pantalón cayó al suelo. Quedé solo en ropa interior. Me crucé de brazos, un poco por la pena, por lo expuesta que me sentía en ese lugar… pero él me los apartó con suavidad.

—No te escondas, mi Luna. Aquí no hay nadie más que tu Alfa —dijo firme, acercándose a mi rostro—. Déjate llevar —me susurró con voz seductora.

Con delicadeza, desabrochó el sostén en segundos. La presión en mi pecho desapareció, y mis senos quedaron al descubierto. Sentí el aire tocarlos, y su mirada… ah, su mirada me quemaba más que el sol… Mordí levemente mi labio inferior, sin cubrirme, expuesta, ansiosa… Como si esperara un comentario de parte de él.

—Luna… —susurró como si se quedara sin palabras, contemplándome con esa mirada intensa y penetrante, como si yo fuera lo más hermoso que ha visto, una mirada de admiración ante mi belleza, de su deseo, que me encantó.

Sus dedos tocaron mis pezones erectos, sus m