Evelyn
La oscuridad del calabozo es sofocante.
Huele a humedad, a desesperación, a sangre seca ya algo más… algo intangible que se arrastra en el aire como un eco de todas las almas que han sido encerradas aquí antes que yo.
Han pasado horas. Tal vez un día entero. No lo sé. El tiempo en la oscuridad sentido pierde.
Mi espalda arde como si las heridas de Ragnar, esas que me marcaron a fuego, se hubieran reabierto. Como si su látigo estuviera aquí de nuevo, desgarrándome la piel, castigándome por algo que ni siquiera comprendo.
El recuerdo me golpea con fuerza: los gritos, los azotes, la sensación de impotencia.
Cierro los ojos con fuerza y me abrazo las rodillas.
Si Clara pudiera verme ahora…
Mi amiga llegó todo para ayudarme a escapar, para que pudiera ser libre. Pero en vez de huir hacia la libertad, terminé en otra jaula.
Un sollozo silencioso se ataca en mi garganta, pero lo trago. No puedo permitirme llorar.
No cuando tengo algo peor en qué pensar.
Los cazadores.
Leonard me acus