33. Hambre cruda
POV: Lothar Weber
—¿Cuándo podré ir a verte? —preguntó Dorothea cuando ya iba de salida—. Nunca he podido ir a tu casa… Así que, mi regalo de cumpleaños será ese, ¿sí? Que me dejes ir.
Mis ojos se desviaron más allá de ella, enfocándose en Artem, que estaba sentado en uno de los sofás del vestíbulo, observándonos con evidente recelo. No podía decirle que no, pero tampoco era tan sencillo aceptar su petición de inmediato. Ahora que Nika vivía conmigo y esperaba a mi hijo, la situación era más delicada. No había mencionado nada en el almuerzo de hoy, sobre todo porque Artem y Alaric detestaban a Rainer con cada fibra de su ser. Lo último que necesitaba era que Nika se sintiera incómoda o, peor aún, expuesta ante ellos.
Aun así, terminé asintiendo. Dorothea soltó una exclamación de júbilo y se lanzó a abrazarme con emoción. Su esposo me fulminó con la mirada, como si el simple contacto físico con ella fuera una afrenta. Era un enfermo sin remedio.
Me di media vuelta y salí, calculando m