Liz: Celes, vamos a acostarnos. No puedes estar en la ventana toda la noche. Vamos, por favor, confía en mí.
Celeste: ¿Ocurre algo? No sé, me siento diferente. Es algo extraño. Trato de abrir la ventana, pero entra un ligero sabor amargo.
-Liz: Vamos para el cuarto ya. Cierra la ventana, por favor. Tomo el control y nos vamos a acostar. Es algo extraño, pero no sabría qué es. Trato de comunicarme con mis lobitos, pero no hay respuesta. Deben ser ideas mías. Lo importante es que el cachorro esté bien.
-Celeste: No tengo sueño. ¿Por qué nos acostamos?
-Liz: Quiero escuchar música, Celes. Puedes buscar los audífonos y poner nuestra canción.
-Celeste: Busco los audífonos y me pongo a ver los vídeos que hemos hecho en todo este tiempo. Lágrimas caen porque extraño a mis alfas. Ni cuando estábamos en la casa me sentía así. Es como una sensación de soledad. Me siento tan sola. Me siento mareada y con náuseas... ¡Oh, por Dios! Liz, estamos embarazadas.
-Liz: Sí, Celes. Vamos a tener un cachor