Capítulo 1 Mi luna es una humana

Kory Vanille.

Arturo me observa para luego suspirar, los niños entran al comedor y tras de ellos entra la humana, humana que no creí que era mi luna, la pareja predestinada por la diosa Luna cuando todo este tiempo creí que mi alma gemela era una mujer lobo, tal vez de mi manada o de otra, pero jamás una simple mortal que podría morir en cualquier momento.

Se sientan en silencio al parecer la humana no ha pensado en escapar, pero igual hay que vigilarla no quiero enterarme que luego se da a la fuga como lo hizo Leila junto a su verdadero mate, aunque yo había sentido una conexión que al final solo fue una dulce ilusión, ilusión en la que caí como idiota. Los sirvientes ponen los platos en la mesa, levanto un poco la mirada y la miro comer sin preocupaciones.

Es una mujer de ojos verdes como el pasto, piel casi morena justo a un oscuro cabello con reflejos rubios, labios carnosos con un ligero rojo, algo provocativo que hace que desvíe mi mirada a mi comida cuando la pequeña Liz me mira curiosa con una sonrisa que me hace mirarla un poco dándome cuenta de que parece en sí a la humana.

— Alfa Kory — entra Mario y nos mira a todos — Los viejos están acá en la sala para mirar a la señorita Connor — susurra mirando a la humana, me levanto haciendo que todos en la mesa me miren dejando de comer, incluso la humana que me mira con confusión por mi acción.

— Niños, a sus cuartos — los gemelos se levantan y se van, miro a la humana quien traga saliva — Tú… sígueme — se levanta y salimos del comedor, me parece extraño su comportamiento de ahora cuando horas atrás estaba a la defensiva, con solo olerla un poco puedo notar sus nervios, pero por más que quiera soltar mi aroma, no llega a ella por el simple hecho de no ser una de nosotros.

Entramos a la sala de reuniones que tiene la gran mansión de los Vanille y me siento en la silla más grande de la gran mesa en forma de u, ella mira a su alrededor con cierta curiosidad hasta darse cuenta de hay 4 ancianos sentados, dos en las equinas de la mesa y dos a mis lados. Me mira a mí esperando que yo diga algo, suspiro y señalo el centro de la mesa, camina y se para ahí sin darse cuenta que en la sala ya se encontraba los 4 ancianos consejeros de las manadas vecinas, que se hicieron notar aún más al momento en el que se posó ella en el centro.

Susurros tras susurros entre los 4 miembros que solo hacen mirarla y analizar su especie, era claro que los hombres no habían vuelto a ver una humana en años, al igual que yo, la única vez que vi un humano fue cuando era apenas un cachorro y fue en esa cabaña en que vi a una niña, una niña parecida a Liz.

— Primero muere nuestra luna impostora de Vanille del norte y ahora aparece la verdadera luna, ¿Eh? Es claro que algo no cuadra aquí — dice el anciano Arthur, antiguo alfa del norte después de la muerte de mi abuelo, el abuelo de Arturo.

— ¿Una humana como luna? Parece una vergüenza para nuestra manada — oculto mi cara con una mano al escuchar al anciano Lucían, antiguo alfa del oeste riéndose.

— Ahora si está seguro de que esta señorita es su verdadera luna, ¿No, Alfa Kory? — habla con burla el anciano Valentín, antiguo alfa del este.

— No habíamos tenido una luna humana en 97 años en la manada Vanille del norte — todos se quedan callados cuando habla el anciano más viejo del consejo, Santo, antiguo Alfa del sur, mejor amigo del Alfa Kory, mi tatarabuelo — Al parecer la diosa luna le pareció gracioso poner una humana al Alfa más rebelde que ha tenido la manada Vanille del norte, y quien más que la reencarnación de nuestra antigua y primera luna de nuestra manada del norte, la humana luna Lory Connor — sonríe con los pocos dientes que le queda al viejo.

— Pero antiguo Alfa Santo, no podemos permitir una humana a la manada, es contra las reglas establecidas con los pueblos — se opone Valentín.

— No es tanto esas estúpidas reglas sino el cómo reaccionaran las manadas vecinas cuando vean que tenemos una luna como humana, encima de ser el hazmerreír cuando todos se dé cuenta de que la luna Leila era una impostora — ataca Lucían indignado por la idea de Santo, mientras uno era consejero y antiguo alfa, los demás fueron alfas suplentes de los antiguos alfas de las demás manadas que consiste Vanille.

Mientras ellos 4 se peleaban, la humana los miraba cansada, la veo sentarse en el suelo haciendo que mi curiosidad crezca a pesar de que sentí la conexión que no fue para nada comparado con la conexión que tuve con Leila porque en este momento preciso en la sala podía sentir a mi lobo inquieto por tenerla a pocos centímetros de mí mucho más inquieto a cuando la tenía a metros de mí cuando los niños se escaparon.

¿Realmente es así como se siente en realidad la conexión de almas gemelas?

Parece doler mucho.

— ¿Hay alguna manera de romper este tipo de relación? — su pregunta hace que los viejos la miren.

— ¡Si la hay! — dijeron al mismo tiempo Lucían, Arthur y Valentín.

— Si lo haces no solo sufrirás un paro cardiaco si no que hasta la muerte inmediata por ser una simple humana, y no vamos a cargar con otra muerte — comenta Santo haciendo que los 3 se queden callados dándose cuenta que estarían rompiendo otra regla, yo solo suspiro y me levanto mirando la cara sorprendida de la humana.

— No me importaría morir — su simple oración hizo que mi pecho comenzara a doler de una forma que jamás pensé que dolería.

— Yo también podría morir si tú mueres en el proceso de separación de almas gemelas — digo con enojo, me mira con nervios.

— Creo que ya se me quitó la idea de la cabeza — se ríe levantándose del piso — Supongo que ya me puedo ir, ¿No? — los ancianos asienten y se van dejándome en la sala con ellos mirándome.

— Entonces, ¿Qué piensa hacer, Alfa Kory? — pregunta Valentín, la mirada de Santo muestra su apoyo a lo que yo decida y puede ser que quiera conocer un poco a mi pareja en vez de ir en contra de la bendición de la diosa.

— Tomare los riegos de tener una humana como mi luna, señores — me retiro con la sonrisa de aprobación del anciano Santo y las caras de decepción de los demás ancianos total como han dicho soy el Alfa más rebelde que ha tenido la manada Vanille del norte en mucho tiempo.

— ¿Qué tanto dijo mi abuelo? — pregunta Arturo cuando salga de la sala de reuniones, lo miro un segundo.

— No habló tanto después de que el anciano Santo dijera lo necesario como buen consejero — respondo empezando a buscar a la humana — ¿Dónde está la humana? — pregunto intentando localizarla.

— Se llama Loryana y lo sabes, deja de decirle “la humana” — ruedo los ojos siguiendo con lo mío — En el cuarto que se le fue preparado — asiento dejando atrás al rubio, llego y respiro profundo para tocar la puerta de su habitación en donde logro olerla sabiendo que está dentro.

¿Cómo fue posible que fuera engañado cuando Leila apareció en esa cabaña? En serio que había olido bien a mi luna, pensé que era Leila por el simple hecho de que parecía mayor de edad y podía convertirse en loba, sorprendido quedé al enterarme que Lory en ese año era una niña.

— ¿Qué quieres? — pregunta abriendo la puerta, entro haciendo que entre por completo — No te di permiso de entrar al cuarto, necesito privacidad — dice de manera gruñona, sonrío un poco — ¿Puedes decirme que quiere el “Alfa”? — su pregunta y la manera en que lo dice solo me hace cosquillas en donde Leila no logró hacerme. La miro a esos ojos verdes y luego esos labios que forman una pequeña mueca graciosa.

— Eres. . .  — me mira a los ojos y trago saliva dándome cuenta de lo cerca que estamos — Extraña para solo ser una simple humana —me alejo de ella mirando el cuarto aguantado la respiración por el olor delicado que empieza a impregnar toda la habitación. La miro un momento viendo un punto procesando lo que acaba de pasar.

— Como sea…  — se sienta en el pequeño mueble del gran ventanal que tiene la habitación, suspiro y me siento a su lado solo para ver si siento algo más ya que desconozco todo lo que creí sentir con Leila, puedo escuchar su corazón latir parece nerviosa y puede que sea porque me veo más grande a su lado.

Nos quedamos en silencio, yo no sabía que decir empezaba a admitir que fui un poco grosero, pero desconfío de ella. Pero mi luna es una humana.

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