72. Acosada por el heredero
La noche cayó sobre Aryndell como un velo de terciopelo, cubriendo sus torres y jardines con una luz plateada que parecía descender directamente de la Diosa Selene.
Dayleen fue escoltada hasta una de las habitaciones más altas del ala este, donde los huéspedes de honor eran recibidos. El lugar estaba adornado con telas suaves, muebles de madera tallada y una cama enorme cubierta por un dosel bordado con hilos lunares. Las paredes estaban decoradas con símbolos ancestrales que le transmitían calma… y algo más. Como si alguien la hubiera esperado allí desde hacía mucho.
Annika estaba instalada en una habitación contigua, custodiada por una guardia de élite. Se les informó que por decisión del Consejo Real, aún no habría un veredicto final sobre su búsqueda de justicia. Serían alojadas con respeto mientras se discutía la situación y se les permitía conocer el reino.
La decisión no era un sí… pero tampoco un no.
Para Dayleen, era suficiente. Por el momento ya era aceptada como alia