Aquel miércoles 3 de julio del año en curso, en el que Adalyn fue por segunda vez a la oficina de Rossie para la continuación de su entrevista, Jared Cavalier decidió asistir, también a “trabajar” (nótense las comillas), luego de un más o menos largo período de ausencia en el Hall; pero, eso sí, por muy diferentes motivos.
Esa mañana se levantó motivado, y su ímpetu estaba investido de una esperanza: recuperar, por enésima vez, a Rossana Regiés.
Por supuesto, no tenía la más mínima idea de cómo lo conseguiría. Pero algo se le ocurriría en el camino, eso era seguro.
Llegó a las nueve en punto de la mañana al Libery Hall y, lo primero que hizo, fue saludar efusivamente al guardia, porque, para entonces, ya eran algo así como bastante amigos.