Capítulo 35: Quiero marcarte, hacerte mío.
Sin esperar su respuesta, Connie se inclinó hacia él, sus labios besando la piel de su abdomen antes de descender un poco más… y más…
Cada ardiente movimiento de sus labios sobre la piel de ese escultural cuerpo masculino, la guiaba a explorar más allá, acercándose a su dura masculinidad, casi con una desesperación que la dominaba.
Gael, consciente de cada movimiento, sintió cómo su control se esfumaba poco a poco. La forma en que ella lo tocaba, la forma en que se entregaba al deseo, era una dulce tortura.
—Connie… —murmuró él, su voz profunda y cargada de emoción, pero ella no se detuvo.
Al contrario. Escuchar a su mate llamándola por su nombre, en lugar de "pequeña loba", la hizo estremecer.
Sentir que él la estaba reconociendo como una hembra madura; el calor en su cuerpo aumentó, se había entregado por completo a todas esas deliciosas sensaciones que ese albino la hacía sentir.
Sus labios se encontraron finalmente con su masculinidad, nunca en su vida había probado