Gabriela quería enorgullecer a su mamá, sentía que era su forma de demostrarle que valía la pena todos los sacrificios que hacía a diario por ella, era su forma de compensarla por todo el amor y el apoyo que le brindaba. La admiraba profundamente a pesar de no entender muchas de las cosas a las que se enfrentaba, sabía lo suficiente... Era una mujer muy ocupada y aún así, estaba presente en su vida como para considerarla su mejor amiga
— Ya deja esos nervios Gabi, tu mamá va a estar orgullosa de ti como siempre. Todos lo estaremos—
— Es que tiene que ser perfecto nani—
— ¿Sabes qué te hace perfecta ante mis ojos princesa?—la voz de Marisa irrumpió en la estancia y ambas voltearon para visualizarla — Nunca te rindes y te esfuerzas por ser mejor cada día. Por eso sé que en todo lo que te propongas tendrás éxito... No tienes que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a mí—
Se sentó en la cama junto a ellas
— No pude haberlo dicho mejor— Zuri besó