Molestaron un tanto, hablaron otro tanto y se besaron todavía más
— Tú encárgate de llamar a los japoneses para ponerlos al tanto y envíales el link para que nos conectemos. Yo te esperaré en la bañera— le guiñó traviesa
— Pero mira nada más. Hace unos minutos decías que no podíamos romper las normas y ahora me haces propuestas indecentes—
— Es que tú eres una pésima influencia—
Se paró perezosamente, contoneándose un tanto muy a propósito y, aunque Jace intentó resistirse con todas sus fuerzas... Al final decidió no contener el impulso, le dejó ir una nalgada y Marisa gimió suavemente
— ¿Te prenden las nalgadas?—
— ¿Sería muy pervertido de mi parte decir que sí?—
— A mí me encanta que seas pervertida—
— Pues entonces sí, la verdad es que me encantan—
— Gracias por el dato— le dio otra y ella se inclinó, lo besó sin profundizar demasiado y caminó grácilmente hasta llegar al cuarto de baño
A sus socios no