Después de desayunar limpiaron la cocina ambos percibían que desde que se habían besado algo había cambiado entre ellos, Steve sentía que podía abrazarla sin miedo cada vez que quería y por su parte Aurora estaba aprendiendo a sentir esas emociones que la tenían con mariposas en el estómago, organizaron todo y llegó la hora de salir, Steve la tomó de la mano le dio un tierno beso en los labios, después guardó su billetera y sus llaves, en la puerta del edificio Steve saludó al conserje que se encontraba a esa hora con un buenos días, para sorpresa de Aurora don Felipe estaba afuera del edificio esperándolos junto al auto, les abrió la puerta y Aurora se subió sin dejar de sentirse extraña por esa situación, para ella tomar un taxi en la ciudad era prácticamente un lujo y de pronto estaba en ese carro de año con chofer y su Dios Griego… «¿En qué momento pasó todo esto?» se preguntaba mientras veía como Steve no soltaba su mano y le sonreía.
—Señor usted me dice dónde vamos —fueron las