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Punto de vista de Ian
Las pesadas nubes se cernían bajas sobre el reino de los vampiros, reflejando el estado de ánimo del día. El funeral se celebraría en el antiguo cementerio, una zona apartada en lo profundo del corazón del reino, donde los vampiros más notables habían sido enterrados durante siglos. Hoy enterraríamos a Aldric.
Me paré frente al espejo de nuestra habitación, abrochándome los botones de la camisa, con mis pensamientos dando vueltas. Sophia se sentó en el borde de la cama, con las manos apoyadas en el regazo, mirándome con esa mirada suave y familiar. Ella sabía que yo estaba preocupado. Desde que se encontró el cuerpo de Aldric, las cosas se sentían mal. Como si camináramos a través de la niebla, sin saber de dónde vendría la próxima amenaza.
“Nos iremos inmediatamente después de la ceremonia”, dije en voz baja, mirándola a los ojos en el espejo. “Nadie tendrá la oportunidad de hacer demasiadas preguntas. Estarás a salvo”.
Sophia asintió, aunque pude ver la ten