La noche avanzó tranquilamente. Los Alfas conversaban mientras los Omegas solo sonreían, agregando comentarios superficiales—lo que dejaba en evidencia que los temas a discutir no eran su fuerte, así que simplemente continuaban comiendo de sus platos elegantemente.
El único que se atrevía hablar era Aidan, quien liberaba un aire de confianza y parecía que muchos en la mesa lo respetaban hasta cierto punto. A excepción de los dos Omegas que Jun había conocido en el jardín—Josua y Riz—y al igual que sus compañeros. Jun no entendía a que se debía la actitud tan despectiva del grupo.
Josua estaba sentado al lado de Franco, y no paraba de tocarlo de forma seductora y un tanto exagerada. Lucia—la madre de los gemelos—se veía incómoda y evitaba mirar en su dirección.
Riz miraba a Jun con animosidad, al lado de Raffaele—quien parecía ser su acompañante, pero Jun pudo notar las miradas acaloradas que le lanzaba a Brendan.
Increíble.
Aidan continuaba hablando animadamente, esta vez con su padre