Capítulo 56. Te invito una copa
Stella y Valentina caminaron hasta el auto. La niña se sentó en el pequeño muro que había bajo la sombra de un árbol.
—Ven, Stella, siéntate —le pidió, limpiando un espacio justo a su lado.
Stella cerró la distancia y se acomodó al lado de la niña, le arregló un mechón de rizos sueltos, se lo colocó detrás de su oreja y luego esperó.
No sabía cuánto tiempo le llevaría, pero esperaría el tiempo que fuera necesario por Lorenzo. Sabía que él necesitaba espacio y tiempo, hoy no era un día fácil y lo comprendía.
La joven suspiró, para nadie era un día fácil, hace un año, ella también pudo haber muerto.
«Estás viva, Stella, no pienses más en el pasado. Disfruta del presente, del aquí y del ahora. Deja que todo lo demás se convierta en un lejano recuerdo. Y aprovecha la segunda oportunidad que has tenido en la vida»
Stella no estaba segura si eran sus propios pensamientos, aunque se escuchaba tan ajeno a ella, como si fuese alguien más quien le susurrara al oído.
—Stella, ¡Stella! —llamó Val